El circo permanece en penumbra pero la Gran Cascada chorrea (423 m. de caida) y produce el único ruido que escucho en la inmensidad de estas grandes paredes, aunque el sol comienza a iluminar el Casco, Sarradets y las laderas verdes, en los valles al norte comienzan a sobresalir las grandes montañas. Al comenzar a darme los rayos de sol, en una bonita pradera y teniendo enfrente el soberbio escenario, me paro y hago un pequeño y merecido descanso, es todo un espectáculo tener justo enfrente los glaciares suspendidos, la gran cascada, los enormes paredones, es como un sueño.
2 comentarios:
recuerdo ese momento.
la rodilla comenzaba a dolerme como ningún otro día. sabía que me iba quedar solo, pero no el último...
me encontré unas gafas de sol.
al final de la mañana el ibuprofeno había paliado algo el dolor y tirados sobre la hierba a escasos metros de L'Hôtellerie du Cirque nos enamoramos de algunas de las domingueras que por allí pasaban. uno se alegra de compartir esos momentos contigo.
sí señor, buena foto y mejor excusa para hacer una parada.
como hablamos al borde del cañón, somos un par de privilegiados que ven y disfrutan parajes indescriptibles por su belleza. Seguro que nos quedan unos cuantos que disfrutar juntos...y de alguna campista más que enamorarnos :D
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