Paso las horas sin hablar,
menos a veces, que me vuelvo loco.
Y mi cabeza, ¿dónde está?:
la estoy perdiendo de poquito en poco.
Y al sonreír me has hecho otra vez soñar;
ya no podía resistir esta puta realidad.
Y harto ya de vivir, por dentro empezó a gritar,
y nunca ya nadie le oyó decir ni una palabra más.
"Posado en un nenúfar" de Extremoduro.
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