viernes, 15 de febrero de 2008

maltratador...pégate un tiro

Basta ya de mujeres maltratadas, basta ya de bastardos que pegan y asesinan a sus parejas. Para ayudarte y si él no se suicida por sus propios métodos, tres pasos:
Primera medida preventiva:
spray en los ojos, porrazo en la espinilla.
Segunda medida de autodefensa:
patada en la entrepierna.
Cuando el agresor esté en el suelo
adviértele que no vuelva a hacerlo.
Y por si no le ha quedado claro
pisotéale un poco el cráneo.

Y de postre una canción de Habeas Corpus
"Nacida para ser de un salvaje"

Desde siempre, ya desde el primer instante mi educación estuvo abrazada
al silencio. Ese silencio que de forma definitiva convertiría mis palabras
en el eco de las tuyas.
Desde entonces, o sea desde siempre, persigo un mundo libre en el cuál
sentirme libre.
Libre de reproches, libre de lamentos, libre de ser yo quien tenga que
decir lo siento... lo siento De mi no se
esperaba ningún otro testimonio que el llanto, llanto por ti, llanto
por él, llanto por los otros, vosotros.
Para cuando nosotras .
Cuanto ¿Cuándo?, cuanto tiempo de silencios.
Mi mente es el producto de aquello que tu has querido.
Mi cuerpo el resultado de aquello que has deseado.
Cosificado, comprado y vendido como una mercancía a la ponéis
un precio.
Necios.
Nada, desde la cuna he sido condenada a un régimen
de insultos, de gritos y golpes. Reconociendo antes la represión que la
caricia, haciéndome sentir más inferior que diferente.
Mutilasteis mi cuerpo justo a la vez que mi mente.
Mi lugar debía estar al lado de ese gran hombre, su sombra, su espejo,
su descanso, mi desgracia.
A eso me obligasteis, eso me enseñasteis, a ofrecer una sonrisa aún
detrás de una paliza.
Muecas de aprobación cuando no de puro agrado.
Ajena a mí misma, fiel al sufrimiento.
He llegado a sentir asco de mi propio sexo.
Sola en su casa, sola en su cama, sola en su todo puesto que mío no era
nada.
Testigo de cómo hacíais oscilar mi propia imagen entre la de una
puta y la de una perfecta madre.
Entre golpe y golpe he sido nadie, entre golpe y golpe he sido nada.
Entre golpe y golpe, nacida para ser de un salvaje.
Por mi doble condición a la vez: la de ser pobre y la de
ser mujer.

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