Hace unos días mi amiga de los burkas de occidente ya habló de las terracitas de verano, y yo he decidido hacerlo hoy, porque también me encantan. Sentarte en una mesa con tus colegas a hablar de tus cosas, de la vida, del amor, de lo que hiciste el fin de semana, de lo que vas a hacer el siguiente, acompañado del buen tiempo de verano, cuando apetece estar en la calle, con una jarra de cerveza muy muy fría y pasar allí rato y rato, comiendo cacahuetes (si te los ponen) como mandriles.
Sólo les encuentro una pega, y es que las intentan estirar demasiado para sacarles beneficio, y eso que este año aún se han retrasado en asomar la cabeza ya que no ha hecho una primavera callejera. Así pues yo las restringiría de mayo a septiembre, ambos inclusive, para que así se aprecien más y tengas ganas de que llegue otra vez mayo para disfrutarlas.
¡¡¡Salgamos a las calles, llenemos las plazas, disfrutemos con nuestras gentes!!!!
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