jueves, 10 de enero de 2008

No matéis a los curas


LO QUE ME DIJO UN ANARQUISTA ADOLESCENTE
(del poeta salvadoreño Roque Dalton)

(Este proyecto no es original. Me fue comunicado por E. B., obispo en sus ratos de ocio,
quien a su vez lo recibió de labios del anarquista adolescente que menciono, de oficio retratista)

No matéis a los curas, pueblos que despertáis y caéis en la cuenta
de la estafa más grande que edad alguna oliera.
Por el contrario estimulad su cría,
cebadlos uno a uno con esmero acucioso.
Así podréis ir luego montados en curas gordos al trabajo
- la gasolina siempre tiende a subir -
dejarlos amarrados a la puerta del bar,
decir, - oh desdeñoso ancestro que os resurge -
que el vuestro está más brioso que los otros mostrencos.
Los domingos llevaremos a los niños a las carreras de curas
- único juego de azar que será permitido -
en las cuales brillarán los descendientes pur sang de los obispos.
Habrá curas de tiro y carga, curas trotones, curas sementales,
y tendrán los establos olor a santidad.
Los curas inservibles serán embalsamados
y vendidos como adornos de salón:
la tonsura podrá servir de cenicero.


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