A tí y sobre todo a las madres, esas mujeres de hierro con el corazón invencible, obligado a florecer en medio del estiércol, con que abonamos las riquezas los ciudadanos de primera, los policías, los jueces, los médicos, los que vivimos a costa de vuestra marginación.
Te conozco, naciste en mi misma calle, empedrada, juntos crecimos y conseguimos sacar a nuestros hijos para siempre de las cárceles, cloacas fabricadas por el miedo, lugares dónde se aplaza la vida y se sustrae la libertad, CEMENTERIO DE HOMBRES VIVOS.
Un bonito poema-canción de Banda Hachís
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